José María Morelos.-. Luego de siete años de dedicarse al cultivo de esta especie, el campesino Jacob Garza Canul ha hecho de la venta de la planta ramón un modo para sustentarse económicamente y posicionar este producto como un alimento alternativo e idóneo para el ganado de la región.
En entrevista, el campesino indicó que en la actualidad cuenta con dos hectáreas y media dedicadas al cultivo del ramón, que cosecha y comercializa por temporadas como alimento y forraje para el ganado.
De acuerdo con Garza Canul, muchos campesinos de la región no le tienen mucha fe al cultivo de esta planta, debido a que sus ganancias no se reflejan a corto plazo, aunque su utilidad puede ser variable y soporta los embates de las plagas y la sequía.
“Es un negocio tardado, pero sí deja ganancias. Si tenemos mil matas en 2 hectáreas y medio, y vendemos cada una a 100 pesos, estamos hablando de 100 mil pesos. Es como el achiote, o más, pues no necesita riego, no necesita nada”, subrayó.
Por ello, dicha planta (desconocida para muchos en el estado, pero profundamente conocida en la vida rural maya a través del Chilam Balam y el Popol Vuh) es poco producida y se cuentan con los dedos de la mano los campesinos que se dedican a ella en la zona centro de Quintana Roo.
Garza Canul, quien aspira a tener altas ganancias en la venta de este producto a granel, indicó que si este proyecto sigue viento en popa, buscará ampliar su zona de cultivo de esta planta, que poco a poco comienza a ser conocida por los ganaderos y campesinos de las comunidades aledañas a la cabecera municipal.
En ese sentido, informó que en los últimos meses ha obtenido buena afluencia de clientes debido a que durante la etapa de sequía, registrada hace unos meses en el municipio, algunos campesinos le compraron una cantidad considerable de ramones que ya comenzaban a despuntar y que había sembrado en la pasada temporada de lluvias.
Detalló que, en ese contexto, dichas plantas las vendió a 50 pesos, debido a que apenas estaban pequeñas, pero con con el paso de los meses, dependiendo de la altura del follaje, el precio puede variar, a tal grado que puede vender cada ramón hasta 200 pesos.