Playa del Carmen.- Esta mañana, Grisel Balderas, una víctima de violencia vicaria, comenzó hoy, en el marco del Día de las Madres, una huelga de hambre, para exigir justicia en decenas de casos de violencia vicaria y pedir al Poder Judicial que le devuelva a su hijo, Mathias, quien se encuentra bajo el resguardo de su expareja, con antecedentes de violencia familiar.
Acompañada de integrantes de la Red de Víctimas Quintanarroenses, en el Parque a la Madre de esta ciudad, la denunciante refirió que dos días antes había comenzado un ayuno espiritual, pero decidió convertirlo en una huelga de hambre, la cual transcurrirá frente a las instalaciones del Poder Judicial del Estado.
Señaló que esta huelga extrema arrancará desde hoy a las 7:00 de la tarde y no la terminará hasta que las instancias judiciales correspondientes no efectúen la vinculación a proceso que pesa actualmente contra su expareja por los delitos de violencia vicaria, sustracción y detención, incumplimiento de de obligaciones.
En ese sentido, al referirse a su caso, relató que su hijo Mathías, entonces con sólo ocho años, fue sustraído de su hogar materno el 2 de noviembre del 2020, por parte de su expareja, de nombre Edén “B”, de quien ya se había separado por violencias psicológica y física.
Expresó que luego de recuperarlo, el menor fue nuevamente sustraído el 22 de septiembre del 2022 en el Estado de San Luis Potosí, debido a un mandato judicial.
Después de esto, agregó, el 15 de marzo de 2023 fue vinculado a proceso su expareja po incumplimiento de obligaciones y violencia familiar; sin embargo, añadió, “el juez Martín Alberto Zetina Zavala le otorgó la custodia provisional de mi hijo Mathias”.
Desde entonces, Grisel Balderas comentó que los esfuerzos por recuperar a su hijo continúan, pero las convivencias con su expareja en el Centro de Convivencia Familiar Supervisada (CECOFAM) “se han vuelto sumamente difíciles”.
“En una ocasión mi hijo dijo ‘quiero manifestar algo’ y el personal le preguntó qué quería manifestar y mi hijo a su vez le preguntó a su agresor ‘¿Qué quiero manifestar?’ y el agresor fingió desconocer la información al verse totalmente expuesto como el repugnante manipulador que es y mi hijo se puso a pensar tratando de recordar algo y respondió ‘¡Ah, sí! ¡Que no quiero convivir!'”, añadió.
En ese tenor, Grisel Balderas refirió que lo anterior fue una muestra clara de que su hijo está siendo manipulado por su padre, y sin embargo, agregó, las autoridades no han hecho nada.
“El caso de mi hijo Mathías cumple al pie de la letra todas las violencias que hemos sufrido mi hijo y yo las cuales están descritas en la Ley Vicaria, y ya solamente falta que nuestro agresor nos mate a mi hijo y a mí”, resaltó.
Por ese motivo, la denunciante acusó a los jueces de violencia institucional y de carácter de perspectiva de género y de infancia.
“Por eso, no voy a volver a comer hasta que rescaten a mi hijo y lo pongan en las instalaciones de la procuraduría”, indicó.
“Mi agresor destruyó la infancia de mi hijo, y eso ya no vuelve. Mi hijo está sumamente manipulado, para tener rechazo a su madre. ¿Qué está pasando con las juezas y jueces? No tienen perspectiva de infancia ni género”, añadió.
Finalmente Ariadne Song Anguas, integrante de la Red de Víctimas Quintanarroense, hizo responsable a las autoridades judiciales y políticas de cualquier acto que llegase a vulnerar la integridad de las víctimas de violencia vicaria.
“En Quintana Roo se trafica con la guardia y custodia, en Quintana Roo estamos a punto de la ideación suicida, ellos son madres es poder abrazar y sentir a su hijo, sin temor alguno. Este 10 de mayo no hay nada que celebrar. A los ciudadanos les pedimos, no las felicites, únete a su lucha”, añadió, por último.
