De acuerdo con la psicóloga Edna Herrera Soto, la pandemia y la poca atención a la salud mental derivó que tanto hombres como mujeres adolescentes corran el mismo riesgo de caer en las adicciones.
“Con la pandemia, todos estamos en igualdad de situación, sobre todo el área de salud mental, que es donde todos están despuntando mucho; es un área muy preocupante, sobre todo en el aprender a manejar las emociones, qué hacer con ellas, cómo hacerles frente para darles una salida de manera sana y positiva”, detalló Herrera Soto.
Recalcó que en años anteriores, los alumnos eran más propensos a caer en las adicciones; sin embargo últimamente hombres y mujeres están en el mismo nivel de riesgo.
“Lo que hemos estado notando es que ha habido un nivel en el que se van igualando o siendo muy similares los datos, tanto de alumnos como de alumnas en situaciones de riesgo”, reveló.
No obstante, se sigue trabajando “para que alumnos y alumnas puedan ir disminuyendo las áreas de riesgo y puedan mejorar su calidad de vida, para que puedan salir adelante”, subrayó la psicóloga.
La especialista recordó que hace varios años las sustancias más comunes con las que los adolescentes iniciaban en el mundo de las adicciones eran el tabaco y el alcohol; sin embargo ahora consumen drogas como la marihuana e incluso otras más peligrosas.
“La situación ha escalado; empiezan con marihuana y de ahí empiezan a subir el nivel de peligrosidad de sustancias que involucran sustancias más duras o más fuertes como puede ser la cocaína, el crack o la piedra”.
Respecto a las pruebas de tamizaje en las escuelas, señala que han ayudado mucho para prevenir y detectar adicciones en adolescentes, no obstante, los resultados suelen mostrarse muchos años después.
“En las escuelas con las que hemos trabajado en el pasado ha sido notorio el cambio con el pasar de los años, no es algo que sucede de un curso escolar a otro, sino que es algo que se va viendo conforme va pasando el tiempo y van mejorando los alumnos paulatinamente, no es un cambio de la noche a la mañana, sino es un esfuerzo constante de escuelas, de padres de familia y de todas las instituciones involucradas”, concluyó la psicóloga del Centro de Atención Primaria en Adicciones (Uneme-CAPA).