Nuevamente, la carretera federal 307 es testigo de otro trágico accidente. Esta vez en el tramo Tulum-Felipe Carrillo Puerto, cerca del residencial Aldea Tulum, donde el conductor de un vehículo particular se impactó de manera frontal contra un autobús de transporte de personal del hotel Hilton.
El hombre a bordo del automóvil perdió la vida tras quedar atrapado en medio del choque. Según testigos, la víctima iba bajo los efectos del alcohol.
Posteriormente, arribaron agentes del Servicio Médico Forense (Semefo), quienes realizaron las diligencias correspondientes y se llevaron el cuerpo para practicarle la necropsia de ley.
Carretera de la Muerte
Debido a los constantes siniestros viales que suceden en la carretera federal 307, ya ha sido denominada la “Carretera de la Muerte”, ya que en cada uno de los incidentes, al menos hay una persona fallecida.
Uno de los percances más recientes fue el de la semana pasada en esta misma autopista pero en el tramo Felipe Carrillo Puerto-Chetumal, donde un tráiler golpeó violentamente a una van de transporte foráneo. En este suceso, ocho personas perdieron la vida, incluidos tres menores de edad y hubo como mínimo 10 heridos.
Un día antes, el 3 de marzo, en este mismo segmento vial, un chofer de transporte de carga se quedó dormido en el libramiento y colisionó contra una camioneta de redilas. Los dos ocupantes del vehículo ligero perecieron.
Otro de los casos más sonados fue el de cinco argentinos y un mexicano que murieron a la altura del tramo Puerto Aventuras-Tulum.
En dicho acontecimiento, las condiciones climáticas y el exceso de velocidad hicieron que uno de los autos perdiera el control y embistiera contra una van estacionada perteneciente a la empresa “eTransfers”.
Empresarios de la Riviera Maya ya han pedido a las autoridades mayor seguridad en esta vía federal, con el objetivo de que los pilotos tengan más cuidado a la hora de transitar.
Además del error humano, transportistas y conductores de todo el estado han denunciado que la carretera federal 307 está plagada de desperfectos, como baches o falta de iluminación, lo que la convierte en un peligro constante para la población.