Cancún.- Marcelo Ebrard Casaubón, secretario de Relaciones Exteriores del Gobierno de México, aprovechó su visita a esta ciudad hoy para encabezar un conversatorio sobre el empoderamiento ecnómico de las mujeres, en donde promovió el “fondo rosa” que nuestro país presentará ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El funcionario federal recordó que México es uno de los cinco países que en 2019 se propuso, en la ONU, atender las desigualdades de género a través de una política exterior feminista, que él definió como “defender las causas que lleven a un cambio sustancial en la desigualdad”.
El canciller destacó que en su caso es un feminista de mucho tiempo atrás, pues una de sus primeras acciones en el Gobierno de México, en 2007, fue apoyar la interrupción legal del embarazo.
Como resultado de esta política exterior feminista, añadió, este año presentarán ante la ONU un “fondo rosa”, conformado de forma global, para apoyar a pequeñas empresas dirigidas por mujeres en todo el mundo. Ya varios países son participantes, comentó, extendiendo la invitación al empresariado local a sumarse a esta iniciativa.
En México, señaló, funcionaría con una mezcla de fondos internacionales con recursos federales propios.
También invitó a las mujeres empresarias a inscribirse en las delegaciones que acompañan a la SRE en sus viajes al extranjero, pues Marcelo Ebrard señaló que trata que sean paritarias, lo que a veces resulta difícil.
“De 12 empresarios invitados, resultan ser nueve hombres y tres mujeres”, se quejó.
En su intervención, el gobernador Carlos Joaquín González agradeció la oportunidad de poder dialogar sobre la manera de tener las mejores condiciones para el desarrollo económico y turístico.
“Encantado de acompañarles y seguir trabajando hasta el último día”, añadió.
Perla Aguilar, presidente del capítulo en Cancún de la Asociación Mexicana de Mujeres Empresarias (Amexme), criticó que aunque la participación de la mujer en el sector turístico es mayor que en otras industrias, ésta se concentra en gran parte en los trabajos más precarios y peor pagados, obteniendo un promedio de 10% menos que los hombres.
