Cancún.- Los casos de maltrato o de despojo sufridos por personas de la tercera edad en esta ciudad son tristemente muy comunes, comentó Horacio Reyes García, presidente de la Federación de Adultos Mayores en Quintana Roo, quien indicó que su agrupación sabe en promedio de tres casos por semana.
Las quejas más frecuentes son porque sus familiares se quedan con su pensión, los agreden, los quieren sacar de su casa, les roban sus pertenencias, por mencionar a algunos, comentó el activista, quien indicó que la drogadicción por parte de los hijos o nietos repercute en el bienestar de estos abuelos.
Los casos de abuso han ido a la alza en estos últimos años, luego que la pandemia obligara a muchas familias a vivir juntas, lo que ha generado problemas de convivencia.
Reyes García destacó la firma de un convenio hoy con la Fiscalía General del Estado, en el marco de la celebración del Día de Adulto Mayor (que por caer en domingo este año, fue recorrido a hoy viernes. Por medio de este acuerdo, el Ministerio Público tendrá una mesa en donde le den trato prioritario a los adultos mayores, además de tener a un agente disponible para realizar diligencias a domicilio.
“La semana pasada, el cuerpo de una mujer de la tercera edad quedó tres horas tirada en el piso, luego de fallecer, porque no había gente de la Fiscalía que fuera a dar fe de lo ocurrido”, recordó.
En Cancún, ya existe una población de 54 mil personas mayores de 60 años de edad, la que se prevé continúe en aumento, quienes merecen atención especial, indicó.
Por otro lado, cuestionado sobre la apertura de una Casa para Adultos Mayores por parte del Ayuntamiento de Benito Juárez, el año pasado, Horacio Reyes dijo que sabía tanto como cualquier ciudadano, a través de los medios de comunicación, pues su federación nunca recibió una invitación, “por el recelo que le tienen a la sociedad civil”, aventuró.
En este sentido, recordó que tienen cinco años solicitándole al gobernador el uso en comodato de las abandonadas instalaciones del antiguo Hospital General, sin que les dierna “absolutamente nada”, prefiriendo que ese recinto continúe siendo vandalizado.
“Del discurso no pasan”, lamentó. “Y el discurso continúa”.
