Cancún.- Con el personal en huelga, el horno averiado, sin servicios, sin vehículo y con las instalaciones en pésimas condiciones. Así luce la funeraria de la Operadora y Administradora de Bienes Municipales (Opabiem) del Ayuntamiento de Benito Juárez, denunciaron hoy trabajadores.
Desde el pasado lunes, cinco de los 11 trabajadores operativos se lanzaron en paro e ingresaron su queja ante la Junta de Conciliación y Arbitraje, debido a las condiciones insalubres en las que deben trabajar, además de tener hasta seis o siete años sin aumento de sueldos.
Los trabajadores señalan que expresaron sus inconformidades con la directora, Landy Canché Pantoja, pero ella los ignoró.

Entre otros problemas, ellos deben dar servicio en una camioneta prestada de Servicios Públicos, que ya tiene más de 20 años y que está “cayéndose a pedazos”, hasta con goteras.
También se filtra el techo de la sala de velación, lo que es una queja recurrente por parte de los deudos.
El horno de cremación nunca recibió mantenimiento en esta administración, por lo que finalmente se averió, señalan.
Quizá lo más grave es que únicamente tienen servicio de recolección de basura, como todos, pero ningún servicio para los residuos biológicos. Cuando lavan los cuerpos, la sangre y demás residuos se van directamente a la alcantarilla. Las bolsas en los que trasladan los cuerpos quedan con sangre y se llenan de moscas, se quejan, lo que es un foco de contaminación. Los equipos y utensilios para embalsamar son viejos.

Nunca han tenido Seguro Social, pero antes les validaban los gastos médicos que presentaban de forma particular, para ellos y sus familias. Landy Canché Pantoja no solo les cortó este apoyo para sus familias, sino que ahora solo se los admite si es de Farmacias Similares.
Otro cambio implementado fue una fuerte alza en los precios, pues antes un servicio completo, con todos e inhumación, costaba 12 mil 500 pesos, pero ahora cobran 8 mil por el servicio y unos 19 mil pesos por una bóveda en el Parque los Olivos.
Lo anterior los coloca por encima de lo que cobran empresas particulares, razón por la que los servicios cayeron de 30 a solo ocho por semana. Funcionarios de Asuntos Religiosos, DIF o líderes de cuadra que antes traían a personas se sorprendieron de las tarifas y fueron a buscar otras opciones.
Al ya no contar con los trabajadores, en la funeraria solo hay administrativos. Una cadena colocada en la entrada indica que ya no hay servicios.
“EXISTEN DOS VERSIONES”
Cuestionado al respecto, el secretario general del Ayuntamiento, Jorge Aguilar Osorio, comentó que en este tema existen dos versiones, la de los trabajadores y de la directora, por lo que les tocará mediar el conflicto.
Negó que los servicios de la funeraria estén suspendidos y aseguró que los servicios en Opabiem son los más baratos de la ciudad.
“La cremación se da a 5 mil pesos, precio que nadie te la da”, alegó. “Mucha gente pide inhumación, lo que es una complicación, porque implica seguir metiéndole de dinero al panteón para nuevos lotes”.
El funcionario aseveró que esta funeraria ya no puede operar a déficit, sino que tiene que ser autosustentable, para así costear cada expansión que requieran en el panteón.
También alegó que hubo muchos malos manejos en el pasado, por lo que se deben impuestos, lo que ahorca las finanzas del Opabiem.
Aguilar Osorio señaló que si bien el rastro sí fue cerrado, la funeraria seguirá operando.
Sobre el rastro, señaló que eran muy pocos los productores de la zona, la mayoría de quienes lo usaban eran comerciantes de Tizimín que se les hacía más barato matar a sus puercos en Cancún.
El espacio ya generaba problemas sanitarios, por estar en una zona urbana y una inversión para su mantenimiento. Los productores locales ya han sido invitados a matar a sus animales en Kantunilkín.