Chetumal.- Quintana Roo, estado que mayor participación tiene en el PIB nacional (casi 300 mil millones de pesos al año), no ha invertido lo suficiente en infraestructura para la atención de la salud mental de sus habitantes, pues solo cuenta con dos centros de atención psiquiátrica de Primer Nivel, uno en Cancún y otro en Chetumal.
Al menos, así lo da a conocer la Secretaría de Salud Federal (Ssa) en su reporte de “Unidades de Atención Primaria y de Primer Nivel” de la Unidades Médicas Especializadas, Centro Integral de Salud Mental, Centros Comunitarios de Salud Mental y Centros de Salud con componente de Salud Mental.
Desde hace tres legislaturas, los respectivos presidentes de la Comisión de Salud han intentado que en Quintana Roo sea construido un Hospital de Salud Mental, pero solo ha quedado en el intento, pues no son concretaros los proyectos; así que los pacientes mentales tienen que ser enviados a Yucatán o Campeche para ser atendidos.
Para el psicólogo Cristian Hernández Villareal, los trastornos depresivos, estrés, ansiedad y esquizofrenia son las principales enfermedades mentales por las que atraviesan los habitantes de Quintana Roo, pues afectan a alrededor de 4 mil personas cada año y pese a esto el estado no cuenta con un hospital siquiátrico.
“Esta cifra pudo elevarse en la pandemia, no porque surgieran más casos, sino porque se hicieron más visibles. Habitualmente comienza a presentarse una sintomatología que nos permite identificar rasgos o datos clínicos que son señales de alarma, todos relacionados con sus pensamientos, conducta y emociones”, destacó el especialista mental.
Especificó que lamentablemente la falta de un presupuesto, tanto de la familia como del Gobierno, para la atención de la enfermedad mental, la gente suele confiarse, no se atiende y cruza esa línea y lo que comenzó en leve, rebasa o trasciende a estado moderado, incluso a recrudecerse y hacerse grave.
A pesar de que Quintana Roo es uno de los 17 estados que cuenta con su Ley de Salud Mental, esta no ha sido posible aplicarla por falta de presupuesto para ese rubro; así que las familias que tienen miembros que padecen alguna enfermedad mental, esperan que, con la llegada del nuevo gobierno y nuevos legisladores, puedan concretar un presupuesto que garantice su atención en el Estado.
