José María Morelos.- A partir de la pandemia, y el encierro por suspensión de clases, los jóvenes se han visto afectados en su estado emocional, que al reprimirlo, se convierte en ira que se traduce en violencia, aseguró el psicólogo del DIF, Ricardo Rubirosa, quien recomendó a los padres de familia y a los mismos jóvenes, acercarse a la dependencia para recibir ayuda psicológica para superar esta frustración.
“Debido a la pandemia del 2020, que tuvieron que estar encerrados los jóvenes durante la cuarentena y la falta de clases presenciales, así como la nula comunicación con sus padres, ello se convierte en frustración e ira y, al momento de querer expresar sus emociones, lo hacen de forma violenta e impulsiva, que muchas veces terminan en golpes o agresiones verbales”, afirmó el especialista.
Abundó que “los jóvenes no logran expresar sus inconformidades -que se van acumulando- y convierten en ira sus emociones y al entrar en estado de frustración, ésta se traduce en violencia”, apuntó.

Agregó que además, socialmente, hay un tabú hacia las emociones, que se ven obligados a reprimirlas, dijo y citó el caso de un niño al que se le dice: no llores, cuando lo hace o se siente frustrado y al crecer, cuando hay muchas circunstancia existenciales que se van acumulando en los jóvenes y quieren aclarar dudas con sus padres y éstos no les ponen atención, se pierde esta comunicación y se crean resentimientos, apuntó.
Sobre la influencia de la tecnología y redes sociales en Internet, dijo que influyen en algunos jóvenes quienes quieren imitar a otros, por lo que recomendó que por todos estos factores que rodean a los jóvenes, lo recomendable es que se acerquen a un psicólogo o especialista en salud mental a través del DIF.
“Que sepan que serán escuchados y orientados para ir sacando esa frustración al poder expresarse con toda confianza; que los padres de familia también pidan orientación o ayuda de un profesionista para vincularse con sus hijos”, dijo, tras señalar que esta solicitud de apoyo al DIF ha ido creciendo.
Mencionó que incluso han estado llegando personas de diversas comunidades que se acercan al DIF al área de psicología y calificó que este problema con los jóvenes en José María Morelos, podría clasificarse en color amarillo, si hubiera un semáforo, ya que aún no es grave y están a tiempo de atender este problema con los jóvenes.